En el llamado “juego electoral” entran en carrera los partidos políticos que con sus respectivas propuestas compiten para lograr el poder. El voto universal, secreto y obligatorio es el protagonista de la competencia. Hace unas semanas, las elecciones legislativas del 27 de octubre, dejaron un escenario político disperso; la victoria del kirchnerismo a nivel nacional, el amplio triunfo de Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires, el lanzamiento de Mauricio Macri como candidato presidencial y el despertar de un "sueño entrerriano", fueron el mensaje que dejaron las urnas.
El 11 de agosto se realizaron en
Argentina las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). El resultado de las mismas dio lugar a la especulación de muchos y a la reflexión
de otros, que reafirmaron sus miradas en las elecciones de octubre.
Los resultados
fueron diversos. En Entre
Ríos, quizás eran algo predecibles. Días antes ya se afirmaba el triunfo de Sergio “El Pato” Urribarri; el pueblerino de Arroyo Bayú, considerado por
muchos como uno de los dirigentes más verticalistas y leales al proyecto del
Frente para la Victoria. Un auténtico peronista de cuerpo y alma, protagonista
de un sueño, un sueño entrerriano que se pinta de rosa y se ubica en Buenos Aires, la gran ciudad.
El podio del segundo lugar lo
ocupó Unión por Entre Ríos (UPER), ese frente electoral conformado estratégicamente
para las PASO. El mismo, estaba integrado por el partido Propuesta Republicana
(PRO), el Frente Entrerriano Federal (FEF) y Unión por la Libertad -que es la
representación provincial del partido nacional Unión por Todos. Además, UPER
lleva como adherentes al Partido Popular de la Reconstrucción (PPR) y al Nuevo
Espacio. Alfredo de Ángeli, un campesino de pies a cabeza, fue la figura que
encabezó este frente. Explotando al máximo la campaña publicitaria logró
conseguir una banca en el Senado Nacional.
La medalla de bronce se la
llevó la Unión Cívica Radical. Ocupando el tercer puesto, el centenario partido
no alcanzó los objetivos que se había
propuesto. Después de las primarias, el radicalismo
y algunos aliados habían asegurado que superarían al Frente para la Victoria a
nivel nacional y que se convertirían en la principal alternativa de cara al
2015. Lejos de eso, tuvieron un leve retroceso en cantidad de votos, lo que
significó una pérdida muy importante: después de treinta años de Democracia, la
UCR perdió su representación en el Senado.
Algunos partidarios interpretan el
mensaje de las urnas señalando el peso de las fuerzas opositoras como la del oficialismo
o la otra variante del peronismo que contó con un
inusitado apoyo del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Otros pocos, dimensionan los resultados como fruto de los errores o los desaciertos del radicalismo entrerriano.
Reconocer la derrota, es de buen jugador
Como en todo juego, a veces se gana,
otras se pierde. Pese a quedar fuera
del “juego electoral”, y apoyados sobre
las inestables maderas del escenario del poder, los protagonistas de la Lista 3,
apuntaron a hacer los replanteos y las correcciones necesarias para mirar el 2015
como una nueva oportunidad.
Atilio Benedetti, el candidato a Senador Nacional, expresó en
pocas palabras sentimiento de dolor: “Esto fue la
expresión del pueblo entrerriano y somos respetuosos de la voluntad popular.
Hemos hecho un enorme esfuerzo, autoridades partidarias, la dirigencia de la
UCR y los candidatos, pero lamentablemente esto no alcanzó a revertir el mapa
que había quedado diseñado en las PASO”. Agradecido con por la enorme labor de
la militancia, reconoció como buen jugador la derrota electoral.
Pero en este juego no todo está perdido. A nivel nacional el
Partido Radical recuperó fuerzas en las provincias de La
Rioja, Corrientes y Santa Cruz y mejoró su performance en algunos distritos en
relación a las primarias de agosto, como en la provincia de Córdoba. Un caso
aparte es Mendoza, donde Julio Cobos a la cabeza, obtuvo un triunfo contundente
respecto al peronismo (47,7 a 27,1 por ciento).
Sin eludir responsabilidades y lejos de las
expectativas con las que se inició la jugada, la UCR de Entre Ríos, interpreta
el mensaje de las urnas como un cachetazo que golpea a la histórica fuerza política,
a su vez actúa como puntapié para fortalecer la conducción que desde sus
convicciones apunta a seguir trabajando en base a la reflexión sobre el
desempeño que los partidarios radicales desarrollaron antes, durante y después del
“juego electoral”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario